EL SISTEMA PENITENCIARIO DE ITALIA
Presentado por: Luis Alfredo
Mamani Espinosa
En Italia existe una
sobrepoblación de detenidos, se estima que existen 67 mil detenidos, obligados
a vivir en centros penitenciarios que tienen una capacidad total de 45 mil
internos, lo que significa un exceso de 22 mil.
La crisis en la cárcel se
agudiza en el verano de canícula[1].
El calor es motivo de malestar añadido y agrava la superpoblación que sufren
desde hace ya mucho tiempo.
En verano en Italia se cierran
las escuelas, las actividades y los servicios se reducen al mínimo o se
suspenden, los juzgados detienen su actividad, muchos trabajadores están de
vacaciones, las visitas de los familiares se reducen e incluso a veces no se
puede decir misa porque no hay capellanes. No queda más que esperar una noticia,
una carta, una visita. En los centros penitenciarios los enfermo tiene que
hacer frente a las vacaciones de médicos y enfermeros. La fragilidad, el
malestar y la enfermedad provocan muchos actos de desesperación, como los que
se han producido en estos meses en muchas cárceles de Italia.
La humedad de las paredes
penetra en los huesos. Tanto que algunos presos están con chaquetas y gorros.
Lo peor, sin embargo, es el espacio: no hay. Así en las celdas para dos
reclusos, hay tres; en las de cuatro, seis. “De media, hay doscientos reclusos
más de lo previsto. Las cifras son evidentes: los 208 penales del país tienen
capacidad para 47.000 presos como máximo, pero en diciembre pasado había
66.000. Esta situación coloca a Italia en el peor puesto en Europa, con la
única excepción de Serbia.
Irene Testa hace una denuncia, presidenta
de la asociación Il Detenuto Ignoto (“El Detenido Anónimo”) “En las peores
instalaciones, hay hasta el doble de presos de los que debería haber. Por ello,
hay presos que se turnan para estar de pie”, Testa recuerda que Italia es el
segundo país después de Turquía en número de condenas por parte del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos (TEDH) de Estrasburgo por la situación en las
cárceles. La última, del pasado 8 de enero, sancionó al país por “trato
inhumano y degradante” a siete detenidos que compartían un espacio insuficiente
Los demandantes de la denuncia
ante el TEDH ocupaban una celda de 9 metros cuadrados
compartida con otras dos personas, lejos de las recomendaciones del Comité de
Prevención de la Tortura
(un órgano del Consejo de Europea), que preconiza 4 metros cuadrados
de espacio personal. No solo eso: la falta de espacio se vio agravada por otras
circunstancias como “la ausencia de agua caliente durante largos periodos […] o
la iluminación y la ventilación insuficientes”, según los jueces de la corte de
Estrasburgo. El fallo condenó a Italia a pagar 99.600 euros a cada uno de los
demandantes por daños morales y permitió que en el futuro se resolviesen con
rapidez quejas similares, dado que dicha institución constató el “carácter
estructural y sistemático” de la superpoblación en las cárceles italianas, lo
que implica graves violaciones de los derechos humanos.
La sistematicidad del
hacinamiento en las cárceles italianas no es, de hecho, ninguna novedad en
Italia. Por el contrario, se remonta a la última década, aunque en estos
últimos años ha alcanzado un nivel incluso más alarmante. Ni el indulto masivo
de 2006 –en el que 12.000 reclusos fueron puestos en la calle- ni otras medidas
similares posteriores han aliviado de forma estable esta situación
La última
iniciativa, aprobada por el gobierno de Mario Monti, fue el aumento de 12 a 18 meses de la parte
final de la condena que los reclusos sin delitos graves pueden cumplir en régimen
de arresto domiciliario. De poco sirvió, pues apenas 3,000 personas salieron de
prisión gracias a esta decisión. De hecho, según un informe de Antígona, una
asociación de defensa de los derechos de los detenidos, en la actualidad la
tasa de superpoblación carcelaria es de 142.5%, lo que significa que hay 142
detenidos por cada 100 plazas disponibles.
Según policías y
ONGs, dos leyes son responsables de esta situación. La primera es una norma de
2006 que eliminó la distinción entre las drogas blandas y las duras, lo que
provocó el ingreso masivo en prisión de pequeños criminales cuyos delitos,
hasta entonces, no estaban castigados con penas de cárcel. La segunda fue
adoptada en 2009 y considera la inmigración clandestina un delito. Además, otro
elemento que incide en el hacinamiento es la prisión preventiva, muy común en
Italia. En la actualidad, unos 25.600 presos están en esta situación, mientras
que los no italianos son 23.400. a los que se suma la reducción de presupuesto en
30% en estos últimos años, y también es insuficiente el número de agentes a
cargo de los detenidos, lo que nos está obligando a trabajar varias horas
extras
Además, abundan los suicidios.
En los últimos doce años, según datos de la ONG Orizzonti
Ristretti, 753 presos se han quitado la vida. 60 de ellos, durante el 2012. Y
no son los únicos: los policías de prisiones también se quitan la vida. De
media, diez al año, una cifra más alta que en el resto de cuerpos de seguridad,
según varios estudios, una de las causas es su trabajo de mas de ocho horas,
distinto a las seis horas que les corresponde.
La ministra de Justicia, Paola
Severino, tras el suicidio de un joven tunecino que tenía problemas psíquicos,
visitó la cárcel de Regina Coeli para ver a los detenidos y conocer
personalmente las condiciones en las que viven y tomar algunas medidas; ella a
indicado: “Hemos llevado a cabo muchas iniciativas en las cárceles de Roma, de Nápoles y de Florencia:
fiestas, conciertos y meriendas, y en Liguria, en las cárceles de Génova de Chiavari, Imperia ySavona, y en el Piemonte,
en la cárcel de Vercelli,
hemos repartido productos de primera necesidad a aquellos que no tienen lo
mínimo para vivir dignamente. Este año hemos visitado también a detenidos de
las cárceles de la Apulia,
en Foggia, Trani y Lecce,
y en la cárcel más grande de Cerdeña,
la de Cagliari.
Son momentos de reposo, que permiten a los internos sentir que no les han
olvidado y que encienden la esperanza en el futuro.
El gobierno italiano ha tomado
medidas para poder reducir el número de presidiarios, una de ellas fue tomado
por el Tribunal Constitucional de Italia
que derogó este 12 de febrero la ley que equiparaba las drogas blandas a las
duras como la cocaína y la heroína. La normativa revocada preveía
sanciones que podían llegar hasta penas de prisión de entre 6 y 20 años y
multas de 26.000 a
260.000 euros por el comercio de marihuana o hachís
Tres
peruanos linchados en la cárcel de Milán
Tres ciudadanos de nuestro país, el
13 Julio 2012 en Milán, acusados por otros reclusos de cometer abusos y
extorsiones en esta cárcel, la
Policía registró las celdas de los acusados y halló tornos
para fabricar armas blancas, cuchillos y teléfonos celulares, por lo que
reforzó el control sobre los internos, según los medios locales; el director
del penitenciario, dijo que un grupo "comandado" por reclusos
peruanos se ha enfrentado a otro dirigido por un ex jefe policial italiano
sentenciado por varios delitos, declaro, además, que mañana se analizará qué
acciones se tomarán para evitar enfrentamientos entre ambos grupos, con la
posibilidad de que algunos de ellos sean cambiados de penitenciaria.
LAS
10 CÁRCELES DE ITALIA UBICADAS EN LAS ISLAS MÁS PARADISÍACAS
Durante
siglos las islas italianas fueron utilizadas como centros penitenciarios, albergaron
a los temibles criminales. Pero también fueron utilizadas por los emperadores
romanos y por Mussolini para castigar a sus opositores
Si durante siglos fueron lugares que
nadie quería pisar, hoy es uno de los lugares para vacacionar más buscados. Se trata de
prisiones radicadas en pequeñas islas que están ubicadas en la costa de Italia, en las que el país
albergó por mucho tiempo a los criminales más buscados y temidos.
Montecristo,
Toscaza.- Es el archipiélago que inspiró la novela de
Alexander Dumas, El conde de Montecristo. Si alguna vez fue un lugar de difícil
escapatoria, por estos días se convirtió en una zona de difícil acceso. Fue
declarada "reserva biogenética" por la Unión Europa.
Mientras que en el siglo XIX fue una colonia penal, ahora es el hogar del
guardián solitario de la isla, que vive con algunas cabras y focas. Sólo se
permiten 1.000 visitas al año.
Pantelaria, Sicilia.- Es
una isla volcánica que está más cerca de la costa tunecina que de Italia. A lo
largo de la historia fue un centro mediterráneo estratégico para los
comerciantes romanos y fenicios. Luego fue ocupada por los españoles, quienes
establecieron una prisión. Tiene una tierra tan fértil que produce excelentes
vinos.
Capraia,
Toscaza.- Sus orígenes volcánicos se vislumbran en
acantilados rojizos. Esta cárcel recién cerró en 1986, y sus antiguos calabozos
ahora forman parte de una de las atracciones turísticas más buscadas. Esta isla
en un lugar ideal para bucear, ya que es un parque marítimo protegido.
Santo
Stefano, Lacio.- Consiste en una enorme fortaleza de
prisión construida sobre una "roca negra" por los borbones españoles
en el siglo XVIII. Su estructura busca representar un tenebroso "círculo
del infierno". Sus celdas tenían ventanas, pero éstas sólo daban hacia
adentro, de modo tal que no permitían a los reclusos observar el mar. Esta
cárcel fue habitada por miles de personas que se oponían a la realeza. Pero más
tarde, ya en el siglo XX, estuvo ocupada por opositores al fascismo. Es por eso
que uno de los padres fundadores y presidentes de la Italia moderna, el socialista
Sandro Pertini, fue enviado aquí por su enemigo: il Duce Benito Mussolini.
También fue internado el socialista Antonio Gramsci quien inspiro el fill “los
días en la carcel” https://www.youtube.com/watch?v=WbkmFn0ldwA
Ventotene,
Lacio.- Se encuentra a mitad de camino entre Nápoles y Roma.
La prisión funcionaba en tiempos romanos y fue el lugar a donde el emperador
Nero envió a su esposa en el siglo I bajo la acusación de adulterio. Pero esta
también fue un lugar al que Mussolini envió a muchos de sus acérrimos
opositores. Entre ellos, Altiero Spinelli, uno de los padres teóricos de la Unión Europea. Las
antiguas celdas se transformaron en casas de verano y se trata de uno de los
sitios de buceo más populares de Italia.
Asinara, Cerdeña.- Como
las demás, alguna vez fue una colonia penal, pero actualmente funciona como un
parque protegido con más de 650 especies de animales: entre ellos están los
burros albinos.
Ponza,
Lacio.- Es una de las islas más bellas del Mediterráneo.
Esta vez fue a Mussolini al que le tocó habitar esta prisión durante varias
semanas en 1943, una vez derrocado y arrestado.
Pianosa, Toscaza.- Cárcel
de máxima seguridad, fue cerrada en 1998 y albergó a muchos de los criminales
más temidos de la mafia italiana. Era, de hecho, llamada la "isla del
diablo" por los propios convictos. El sobrino del emperador Augusto fue
encarcelado y sentenciado a muerte aquí en el año 14 d.C.
Favignana,
Sicilia.- Tiene forma de mariposa y fue habitada por miles de
libios, luego de que Italia invadiera Libia en 1911. Es conocida por sus profundas
cuevas de rocas calcáreas.
A primera vista,
la cárcel de Regina Coeli, en el céntrico barrio romano del Trastevere, engaña.
Fuera, luce un portón de madera tallada y la típica fachada anaranjada de los
palacios nobles de la Roma
del siglo XVII, cuando el edificio fue construido. Pero dentro,
Gorgona,
Toscaza.- Se trata de la única isla italiana que todavía hoy
funciona como cárcel, donde los reclusos trabajan en viñedos y granjas. Su
paisaje paradisíaco está compuesto por una plétora de arbustos. El archipiélago
es un lugar ideal para observar ballenas y delfines. Sólo está permitido el
ingreso de 25 personas por día.
LOS CENTROS DE IDENTIFICACIÓN Y EXPULSIÓN ILEGALES
(CIE)
Los Centros
de Identificación y Expulsión (CIE) y los Centros de Acogida para solicitantes
de asilo. Así se llama a estos invisibles agujeros negros del Estado de
derecho, fruto del Estado de emergencia, que constituyen todo un tabú
mediático. Hablamos de las víctimas vivas de las políticas migratorias.
Un claro
ejemplo es Ismael, un peruano que lleva diez años en Italia, y al que un día,
mientras está trabajando haciendo un traslado, la policía detiene porque sus
papeles no están en regla. Lo envían al CIE de Turín para luego expulsarlo al
Perú. Pero Ismael protesta, la comunidad
peruana y los activistas anti-CIE también. La de Ismael es una de las muchas
historias que suceden en esos campos de concentración, donde se lucha contra la
política de muros. Por el derecho al horizonte.
Pregunta: Los CIE, antes de la caída del régimen de
Ben Alí y del principio de la guerra de Libia eran trece. Luego se montaron
otros trece, a los que hay que añadir los Centros de Acogida que, por orden del
Presidente del Consejo de Ministros, se convirtieron en CIE.
La voluntad del gobierno actual siempre ha sido
aumentar el número de CIE con el objetivo explícito de contar con uno en cada
una de las veinte regiones italianas. Políticamente estaban todos de acuerdo,
gobiernos regionales incluidos, fueran de derecha o de izquierda. Sin embargo,
había un problema con los ayuntamientos, puesto que todo el mundo quería los
CIE pero no en su territorio. De modo que el único modo que halló el gobierno
de montar los nuevos centros fue mediante medidas de emergencia. Cuando
comenzaron de nuevo los desembarcos en febrero, el Consejo de Ministros declaró
el estado de emergencia. Ordenó, pues, a la Protección Civil
abrir nuevos centros de acogida para albergar a los 24.000 tunecinos que
llegaron entre febrero y abril a Lampedusa. Luego, tras reconocer un permiso de
residencia de seis meses por razones humanitarias a todos los tunecinos que
habían llegado antes del 5 de abril, transformó tres de aquellos campamentos de
tiendas en tres nuevos CIE con capacidad para 400 personas. Sin embargo, la
vida de estos nuevos centros fue breve. Hubo revueltas, incendios, motines, y
las estructuras quedaron devastadas. Hoy estos tres nuevos CIE están cerrados.
En este momento sólo funcionan 12 CIE: Turín, Milán, Módena, Bolonia, Gradisca,
Roma, Bari, Brindisi, Lamezia, Trapani, Milo y Caltanissetta.
El CIE de Cronote lleva un año cerrado debido a una
revuelta de reclusos que lo destruyeron. Por su parte, los CIE de Turín, milán
y Gradisca no funcionan a pleno rendimiento porque quedaron destruidos hace
unos meses tras varios incendios y motines de los detenidos que dañaron
seriamente las estructuras.
La verdadera alarma en estos momentos son los CIE ilegales.
Es decir, ciertas estructuras que se emplean al margen de la ley para detener
ilegalmente a quienes llegan por mar. Sucede que los centros de acogidad de
Lampedusa, Porto Empedocle y Pozzallo, en Sicilia, así como en el centro de
acogida de Cagliari (Cerdeña) se están empleando de hecho como lugares de
detención, sin que haya ningún juez que confirme la retención de estas
personas, y por tanto de modo totalmente ilegal. Se trata de una especie de
secuestro de Estado. El último episodio de este estado de policía se ha escrito
en el puerto de Palermo (Sicilia), donde actualmente hay unos 600 tunecinos
detenidos en tres ferrys de las compañías Moby y GNV.
Jurídicamente un Centro de Identificación y
Expulsión (CIE) es un lugar destinado a la detención de quienes tengan permisos
de estancia [soggiorno] caducados o de quienes hayan entrado en Italia
sin pasaporte. La detención tiene un límite de 18 meses y su finalidad es identificar
al detenido y expulsarlo. Durante la retención, las autoridades policiales se
ponen en contacto cn las embajadas para obtener de éstas un permiso sin el cual
el detenido no puede ser expulsado. El 50% de los detenidos no resulta
expulsado porque no consiguen identificarlos. Desde un punto de vista jurídico
son perfectamente legales. Se aprobaron mediante una ley del gobierno de
centro-izquierda en 1998. Al principio el periodo de detención era de 30 días;
en 2002 el gobierno de Berlusconi lo aumentó a 60 días; luego, en 2009, a 6 meses, y hasta 18
meses el pasado agosto.
Un juez de paz confirma cada dos meses la retención
en presencia de un abogado. Desde un punto de vista legal la detención en los
CIE no se define como tal: se habla simplemente de “retención”, lo que no
equipara al CIE con el régimen carcelario. Digamos que las leyes en este
sentido no ayudan, sino que más bien demuestran que el Estado de Derecho,
cuando se doblega ante las ideologías, no resulta una garantía de los derechos
fundamentales de la persona. En Italia es menos peligrosa la bancarrota
fraudulenta que un documento expirado.
hay cuatro personas que terminan
en los CIE Ilegales, fundamentalmente hay cuatro tipo de personas.
Primero están los que desembarcan en Lampedusa. Mujeres
y hombres. Los que llegan sin pasaporte ni visado y no solicitan asilo político
terminan en los Centros de Identificación y Expulsión. Este año la policía ha
hecho la selección según un criterio racial: los árabes van a los CIE, y los
negros a los Centros de acogida para solicitantes de asilo… Daba igual que los
árabes vinieran escapando de la guerra de Libia.
La segunda categoría la constituyen antiguos
detenidos. Ciudadanos extranjeros condenados en la mayor parte de los casos por
delitos de microcriminalidad o por violación de la ley sobre drogas, y que
después de cumplir la pena de cárcel son trasladados a los CIE directamente.
La tercera categoría la forman los trabajadores.
Gente corriente a la que paran por casualidad durante un banal control de identidad,
ya puede ser en una estación, en un tren o en un control de carretera. Los que
tienen los documentos expirados acaban en el CIE aunque lleven en Italia veinte
años y su familia resida aquí.
La cuarta categoría serían los pobres. Gente sin
techo, alcohólicos, prostitutas, vagabundos. Son el blanco más frecuente de las
redadas de la policía. Las llaman operaciones por la seguridad, pero sirven
para deshacerse de la pobreza de las ciudades escaparate. A los pobres que no
tienen documentos los llevan a los CIE y terminan siendo expulsados realmente.
La mayor parte de los reclusos son hombres, pero también hay mujeres y
transexuales.
No puede haber menores en los CIE. La ley italiana
provee de documentos de estancia a todos los menores no acompañados de su
familia. Si un menor acaba en un CIE por error durante una redada puede ser
liberado demostrando su condición de menor de edad.
El caso que mencionas hay que enmarcarlo como uno
más de los que ocurren en los centros de detención ilegal de los que hablaba
antes. La antigua base Loran de la isla de Lampedusa, de hecho, no es un CIE
sino un Centro de acogida. Sin embargo, basta con cerrar una verja y pegar a
los chicos si se escapan para transformarlo en un lugar donde se suspende el
derecho y hasta la propia Constitución, que sanciona la inviolabilidad de la
libertad personal. Esto sucede en la
Italia de hoy. Son cómplices de ello todas las asociaciones
humanitarias que trabajan en Lampedusa, entre ellas las Naciones Unidas, la Organización
Internacional para las Migraciones, Save the Children,
Médicos sin Fronteras.
Hay múltiples denuncias donde a los internos del
CIE se les suministran psicofármacos a la luz del sol. Son los propios reclusos
los que los piden. Intentad imaginar lo que significa pasar 18 meses de vuestra
vida cerrados en una jaula con otras veinte o treinta personas, sin nada, sin
nada de nada -repito- que hacer y así de la mañana a la noche. O preparas un
plan de fuga y la revuelta, o prefieres apagarte lentamente para no enloquecer
a fuerza de pensar en la familia que te espera fuera, en los hijos, en el
fracaso de volver a tu país... El problema es que son psicofármacos muy fuertes
y que crean dependencia, psicofármacos que en la vida cotidiana sólo los
prescriben con receta y como terapia los psiquiatras y que dentro, en cambio,
se dan como si fuesen golosinas. Los efectos se ven cuando salen del CIE -si es
que no son expulsados- convertidos en trapos. En cuanto a las autolesiones,
cortarse las venas o tragarse trozos de hierro y cristal sirve sobre todo para
evitar la expulsión y tratar de que los lleven a urgencias, desde donde sin
duda es más fácil intentar la fuga. Son estrategias de fuga. Y es absurdo que
un chaval con un pasaporte caducado tenga que razonar como un asesino en serie que
trata de escapar de una cárcel de máxima seguridad. Y es absurdo que, desde
fuera, nosotros, vitaliciamente protegidos por un documento, nos preguntemos si
dentro se está lo bastante desesperado como para tener el derecho de cortarse
las venas. Ninguno de ellos se juega nada en caso de expulsión. No son
perseguidos políticos. Ni uno. Pero cada uno de ellos tiene buenos motivos para
querer quedarse en Italia. El primero de ellos es que es prácticamente
imposible volver una vez que has sido repatriado.
También son denunciados múltiples
maltratos físicos, como por ejemplo el de un joven muerto en Trapani, que no
falleció en un CIE sino en un Centro de acogida para solicitantes de asilo
político o, lo que es lo mismo, en un centro abierto, donde se entra y se sale
y sólo se va a comer y a dormir a la espera de que una comisión decida si le
concede o no el estatuto de refugiado político. Murió de muerte natural; estaba
enfermo del corazón y tuvo un infarto. Lo que todavía no está claro es si los
médicos del centro lo sabían ni si estaban haciendo un seguimiento de su caso.
En cuanto a las palizas, la lógica, en cambio, es muy simple y es típica de la
dinámica controlado/controlador. O lo que es lo mismo: mientras los detenidos
no crean problemas y se limitan a comer, dormir y tomar las gotas de la
psicoterapia, nadie les toca. Al contrario, se han dado casos de buenas
relaciones entre detenidos y militares. Sé de militares que llevangrappa a
sus favoritos o que les regalan cigarrillos. Son cosas que suceden. Ahora bien,
en el mismo momento en que alguno de ellos levanta la cabeza, fomenta la
revuelta, insulta a un militar o intenta huir, se convierte en blanco de las
iras de los militares y, si le toca el turno a la escuadra equivocada, acaba
bajo los golpes de las porras. Hemos publicado vídeos y fotos clarísimas que
muestran tanto el tipo de lesiones -incluso en el caso de una mujer detenida-
como la dinámica de la agresión por parte de la policía.
Desde
abril de 2011 es ijmposible tener acceso a los CIE para la prensa. Fue
suficiente una circular del Ministerio del Interior para imponer la censura.
Los grandes medios ni siquiera se dieron cuenta, fundamentalmente porque,
cuando aún se podía entrar, tampoco habían solicitado entrar en esos lugares
salvo contadas excepciones.
VIDEOS RELACIONADOS
https://www.youtube.com/watch?v=vckTYLMoGN0
https://www.youtube.com/watch?v=wqV4yXOL900
[1]
La canícula, período canicular o días de las canículas es la temporada del año en que el
calor es más fuerte, tanto en el hemisferio Sur como en el Norte (desfasados seis meses entre
sí). La duración oscila entre cuatro y siete semanas, dependiendo del lugar
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