sábado, 13 de junio de 2015

EL SISTEMA PENITENCIARIO EN PARAGUAY



EL SISTEMA PENITENCIARIO EN PARAGUAY


Presentado por: Adelma Roca Alvarez
Maestría en Derecho Penal
 y Derecho Procesal Penal


En Paraguay el sistema penitenciario soporta graves deficiencias, y antes que cumplir con el objetivo de reinsertar a las personas infractoras a la socie­dad, va perfeccionándose en una verdadera escuela de la delincuencia. Los organismos encargados del sistema son teóricamente los correctos, pero la función que realizan no se ajusta a las necesidades reales de las cárceles.

           

La Dirección de Institutos Penales (DIP), dependiente del Ministerio de Jus­ticia y Trabajo, es la encargada del control de todo el régimen penitenciario integrado por 10 penales y dos correccionales, existen dos cárceles de mujeres; además, funciona desde hace unos años un cen­tro de rehabilitación de menores infractores.



La ley establece que el régimen se caracterizará por su progresividad, y en los casos de condena constará de un periodo de observación, uno de trata-miento, y por último de un periodo de prueba y de libertad condicional. El  cumplimiento de  estos  pasos   contribuiría  a  la  recuperación  de  la   persona  condenada a tantos años de prisión; sin embargo, tal progresividad  no  existe   ni puede existir, pues el régimen se mueve en condiciones de absoluta precariedad que no permite la aplicación de los referidos periodos. Hay grandes deficiencias de fondo que deben ser tenidas en cuenta por las autoridades: no existen recursos económicos suficientes ni hay personal apto y debidamente entrenado para llevar adelante un programa ideal como el establecido. Todo el sistema se mueve dentro de una absoluta precariedad.



La ley penitenciaria de Paraguay  es letra muerta, ninguno de los 94 artículos se cumple como debe ser. Se habla de respeto a los derechos humanos y de brindar las herramientas necesarias para que internos e internas puedan ser nuevamente viables socialmente, pero la absoluta falta de atención a las cárceles convierte el sistema en una bomba de tiempo.


LA SITUACIÓN PENITENCIARIA

Desde los días del stronismo el sistema penitenciario paraguayo ha cambiado para mejor. Notablemente, se ha reducido el índice de prisión preventiva del índice del 90% que se registró durante la dictadura. Nuevas construcciones han aumentado la capacidad y mejorado la infraestructura de varios centros de detención. Granjas penitenciarias y otros centros de rehabilitación que permiten a los internos tener oportunidades de trabajo han sido introducidos con evidente éxito. Sin embargo, las condiciones en muchas de las penitenciarías del país continúan siendo calamitosas. Estadísticas oficiales e informes revelan tanto éxitos como tareas pendientes en el sistema penal paraguayo.

           

La superpoblación en particular es una de las condiciones existentes más serias, extensas y agravantes en las penitenciarías paraguayas. El ejemplo que resalta más es el de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, una institución con una capacidad de aproximadamente 1.200 prisioneros, pero que alberga típicamente a 3.000 internos. 



A cada día que pasa la población penitenciaria va en aumento convirtiéndose  en un problema nacional creciente. Otro problema preocupante es la ausencia de separación entre reclusos con prisión preventiva y aquellos que ya han sido condenados. Aquellos que conocen las penitenciarías paraguayas cuentas que este tipo de integración fomenta la delincuencia, ya que expone a aquellos que han sido acusados de cometer delitos, a la influencia directa de reincidentes.  En suma, el propio hacinamiento originado por el recurso excesivo a la prisión, tiene implicancias negativas para la segundad mediata y las condiciones de vida de todos dentro de las instituciones penitenciarias. Las cárceles, particularmente las más superpobladas, son "depósitos humanos” donde los internos viven como animales hacinados en una situación que multiplica el malestar o nerviosismo, elementos propios para la generación de violencia. Los choques entre reclusos, y de éstos contra los guardias son frecuentes y muchas veces fatales. Dado el predominio de estos peligros, los prisioneros tratan de mantenerse en grupos por protección, algunos inclusive buscando: seguridad inherente al confinamiento solitario.

           

A más de estos riesgos e incidentes de conflicto existen también  necesidades básicas insatisfechas, desde celdas utensilios para comer y asistencia médica. Centenares de personas, por ejemplo no tienen espacios en las celdas, y deben dormir en los corredores o afuera expuestos a las fuerzas de la naturaleza. Otros no tienen camas y comparten un solo cuarto de baño con otros 200 o más. Los reclusos deben utilizar platos de utensilios rolos y sucios para consumir agua o comida.

           

La defensoría del Pueblo afirma que dentro de casi todos las cárceles del Paraguay prolifera el consumo de estupefacientes y  alcohol y que también se  práctica la prostitución siendo los responsables directos de los mismos los mismos guardia cárceles quienes a cambio reciben considerables sumas de dinero. Otra forma aparentemente común de corrupción y extorsión que involucra a los guardias es la agresión física y el confinamiento en calabozos salvo caso que para evitarlo se pague por ello.



Es necesario que en el Paraguay se busque reproducir los programas de detención que han tenido éxito, tales como el de “La Esperanza,” en vez de continuar ignorando la falta de oportunidades para la readaptación de los condenados.


LA UNIDAD PENITENCIARIA INDUSTRIAL ESPERANZA:


  • Nació como política pública gubernamental, y se encaró directamente en la creación y puesta en funcionamiento de un MODELO PENITENCIARIO DIFERENTE, destinado en forma EXCLUSIVA PARA CONDENADOS.
  • Se establecieron por un llamado público de concurso las condiciones del mutuo, a fin que la firma o empresa privada se responsabilice por prestar servicios técnicos especializados penitenciarios. La empresa adjudicada, ejecuta la prestación de los servicios técnicos especializados, bajo la supervisión y fiscalización diaria y permanente de la autoridad penitenciaria.
  • Antes de su puesta en funcionamiento, para la selección del personal que actualmente presta servicios dentro del recinto, fue ejecutada esa selección por una consultora externa con experiencia en materia penitenciaria, en ese nuevo penal.
  • Se hizo énfasis en el respeto de los derechos humanos de los internos, a tal punto, que la firma contratada no puede utilizar ningún tipo de arma en su prestación de servicios ni ejercer actos de violencia innecesaria.


El sistema cuenta con:


  • Un plantel de profesionales que atienden permanentemente al interno; Abogados, Psicólogos, Psiquiatra, Médico, Odontólogo, Trabajadoras Sociales, Enfermeros, Capellán.
  • Los encargados de la Seguridad Interna actúan como Agentes de Disciplina. Mientras la seguridad externa y traslado de internos está a cargo de Funcionarios Guardias Oficiales.
  •   Desde su ingreso se provee al interno de vestimenta e insumos propios para su permanencia, es alojado en celdas de Admisión y es previamente evaluado antes de su ubicación en pabellones por las profesionales del plantel.
  • Existe horario para las comidas, que son aprobadas por la autoridad penitenciaria diez días antes por menús.
  • Los horarios de recreo, de estudios normales, y laborales, etc., son todos controlados y respetados.
  • Varias Empresas instalaron industrias para contratar mano de obra penitenciaria, alcanzando a la fecha al 45% de la población penal.
  • Estas Empresas o firmas, contratan mano de obra de internos, que son capacitados previamente por la Institución en interacción con otras instituciones públicas.
  • A cada interno se le retiene el 30% del peculio obtenido por su actividad laboral, conforme lo establece la ley penitenciaria, obteniendo así un soporte económico post penitenciario, atendiendo a que ese dinero puede retirarlo solo al ser puesto en libertad.

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